Como comentamos en el post anterior, hay una gran diferencia entre sacrificio y eutanasia animal, aunque el final de los procedimientos sea el mismo.
Con el nuevo Proyecto de Ley de protección, derechos y bienestar de los animales esto queda bastante claro.
El sacrificio de los animales de compañía esta completamente prohibido, a no ser que el animal en cuestión pueda suponer un riesgo en la seguridad de las personas u otros animales, así como riesgo para la salud pública. Esto podría ser por problemas de comportamiento irresolubles y con el respaldo del diagnóstico emitido por un veterinario etólogo o, por motivos en los que la salud pública pueda verse en riesgo debido a posibles enfermedades zoonóticas (se transmiten de animales a personas).
En el caso de la eutanasia, como comentamos anteriormente, solamente estará justificada si nos encontramos ante un animal alguna patología crónica que sea incompatible con una calidad de vida aceptable y, por supuesto, será el veterinario el que tenga la última palabra para decidir si un animal es apto para la eutanasia, basándose en la historia clínica del animal y en pruebas complementarias.
Por último, con este párrafo que nos encontramos en el Proyecto de Ley de protección, derechos y bienestar de los animales, podemos ver que se quiere erradicar el enterramiento por cuenta propia del animal, acto que solo está permitido de realizar en ciertos lugares autorizados, como cementerios de mascotas.
Sin embargo, con este nuevo Proyecto de Ley, se pretende endurecer este punto obligando a todos los propietarios a realizar el proceso de cremación o entierro, con empresas autorizadas para este fin, ya que al dar de baja de la base de datos comunitaria al animal, se deberá adjuntar un documento emitido por estas empresas.
Puede encontrar acceso a este documento en los siguientes enlaces:
BOCG. Congreso de los Diputados Núm. A-117-4 de 27/12/2022 Pág.: 21 Informe de la Ponencia